He vuelto a coger los pinceles, cuando haces las cosas sin ninguna intención, es cuando de verdad las disfrutas. La pureza en despreocuparme por si queda bien o mal, bonito o feo. Esa es la vuelta al inicio. A jugar de nuevo con lo que hacemos, sin importarnos el resultado.
No puedo estar más contenta, me da igual cómo hallan salido estas acuarelas, pero he vuelto a coger los pinceles y eso, después de tantos años sin tocarlos me llena de felicidad.
Prometo no abandonarlo de nuevo, eso sí, a mi ritmo y sin presiones.